jueves, 22 de abril de 2010

Trastornos de la Identidad en la Adolescencia.


La vida de un adolescente, se vuelve complicado de cierta manera, por diversos motivos. Se trata de una etapa de tránsito, y mientras en ciertos casos disminuyen o desaparecen los trastornos o sintomatologías características de la etapa infantil, en otros se prolongan o se incrementan. También es posible que se inicien trastornos más propios del adulto. En esta etapa se presentan las crisis propias de la adolescencia, de poca trascendencia psicopatológica, pero muy preocupantes para los padres. En los trastornos propios del adolescente es preciso distinguir dos grandes grupos: los derivados de las crisis existenciales y de su integración en la sociedad, y los que son consecuencia de profunda crisis de personalidad o conflictos psíquicos serios que causan patología mental.
Uno de los rasgos que definen la adolescencia es la formación de la propia identidad; alcanzar ésta significa, entre otras cosas, encontrar la respuesta a las preguntas: ¿”Quién soy?” y “¿Cómo soy?”. El adolescente vive con incertidumbre los temas relacionados con su identidad: el orden de los valores morales, la identificación religiosa, la elección de profesión, los objetivos a largo plazo, los patrones de amistad, las lealtades al grupo o el comportamiento sexual, entre otros. La búsqueda de estas respuestas, suelen causar en el joven, un estado de ansiedad porque duda de sí mismo, de su futuro y de cualquier orden de valores. Sentirse diferentes de los adultos, le proporciona seguridad en sí mismo.
El proceso de identificación, supone además, superar las contradicciones entre sus vivencias infantiles y los planteamientos adultos; su proceso de maduración será adecuado cuando pueda conciliar ambas posturas y encontrar cierta coherencia que le permita, sin abandonar totalmente las idealizaciones infantiles de actitudes y conductas, aceptar la realidad adulta, llena de matices y relativismos.

¿CÓMO DETECTAR EL ESTRÉS?


Una respuesta que nos permite actuar eficientemente...pero a veces puede convertirse en nuestro enemigo.

Podemos definir al estrés como una reacción física y mental del individuo por adaptarse a los cambios. Así el hombre en su cotidianeidad se esfuerza por adecuarse a las presiones tanto internas y externas, el hecho es que no siempre lograr una adaptación positiva es fácil, pues no sólo depende del sujeto, sino también de la multiplicidad de circunstancias que lo atraviesan. Pero algo de tensión es necesaria y vigorizante, sobretodo cuando representa un beneficio potencial; todo estado de estrés mantiene al individuo alerta, agudiza sus sentidos y atención, y lo prepara para una respuesta rápida. Sin embargo, hoy, el estrés en sí mismo se ha convertido en algo que debemos controlar, si no es así, puede destruir nuestra salud.
Las causas, en la mayoría de los casos, incluyen enfermedad, cambios de trabajo, mudanzas, separaciones y divorcios, muerte de familiares y problemas financieros. Pero aún eventos alegres, como el matrimonio, la llegada de un nuevo bebé o el entretener invitados pueden ser estresantes.
Para detectarlo, uno se debe fijar en algunos de los siguientes síntomas, que son los más comunes:
• Cansancio/agotamiento
• Tensión muscular
• Ansiedad
• Indigestión
• Nerviosismo/estremecimiento
• Uñas mordidas
• Insomnio
• Cambios de humor
• Frío, manos sudorosas
• Aumento o pérdida del apetito
• Presión de dientes o mandíbula
• Descomposición general del cuerpo, como debilidad, vértigo, dolor de cabeza, dolor de estómago o dolor de espalda o músculos
• Incremento en el uso de alcohol y otras drogas
• Pérdida de energía


Para combatir el estrés, se recomienda, ciertas estrategias, tales como: relajarse haciendo actividades que lo reconforten, practicar ejercicios (caminar es una buena alternativa), dieta equilibrada (evitar cafeina y alcohol), anticipar las situaciones estresantes y prepararse para ellas (ej, una entrevista de trabajo), organizarse.

FOBIA

Las fobias se definen generalmente como: un temor exagerado, irracional, muy intenso, angustioso y excesivo a determinadas personas, cosas o...